LA EXISTENCIA HUMANA EN PERSPECTIVA. ANÁLISIS DE LA NOVELA “LA CASA” DEL ESCRITOR RICARDO DÍAZ BORREGALES


Resumen

El artículo realizado cuenta con una serie de aportes desde la teoría del análisis literario y del existencialismo como corriente filosófica que profundiza en los problemas del ser como ente desde lo individual hasta lo colectivo. La investigación tuvo como propósito profundizar en los aspectos cognoscitivos de carácter filosófico que la literatura puede alcanzar mediante la construcción de narraciones ficcionales usando como base la obra “La casa” de Ricardo Díaz Borregales. El método utilizado fue la dialéctica con el cual se analizó a profundidad el discurso de los personajes de la obra seleccionada en la búsqueda de los elementos del existencialismo que determinan al ser humano desde la filosofía. Como conclusiones se obtiene que en “La casa” puede clasificarse como una novela existencialista, donde hay una elaboración ficcional realista en la que se proyecta tanto la realidad efectiva como la perspectiva filosófica propia del existencialismo filosófico, el cual es mostrado por el escritor por medio de su lenguaje literario.

Abstract

The article has a series of contributions from the theory of literary analysis and existentialism as a philosophical current that delves into the problems of being as an entity from the individual to the collective. The purpose of the research was to delve into the philosophical cognitive aspects that literature can reach through the construction of fictional narratives using as a basis the work "La casa" by Ricardo Díaz Borregales. The method used was dialectics with which the discourse of the characters of the selected work was analyzed in depth in the search for the elements of existentialism that determine the human being from the philosophical point of view. As conclusions it is obtained that "The house" can be classified as an existentialist novel, where there is a realistic fictional elaboration in which both the effective reality and the philosophical perspective of philosophical existentialism are projected, which is shown by the writer through his literary language


Extenso

Introducción

 

La literatura en todo su esplendor constituye sin lugar a dudas un conjunto de vivencias experimentadas por los escritores o por la sociedad en la que éste habita, los cuales las materializan a través del lenguaje literario para dar su postura o forma de ver el mundo respecto a una determinada temática, sobre la cual quien la narra, opina y transforma en verso, frases u oraciones; tiene un marco de referencia sea único o colectivo; en otras palabras los autores pueden basar sus creaciones en realidades individuales como reflejar hechos sociales e históricos mediante el arte de la palabra.

Los temas que se abordan en la literatura circulan alrededor de los aspectos de la vida y de la muerte, es decir, de todo el cúmulo de experiencias que se producen mientras se respira y de aquellos sentimientos que brotan ante la expiración existencial del ser; cada contenido literario varia de una obra a otra, ya háblese de amor, de melancolía, de crítica social, de tragedia, de sexo y demás.

Partiendo de ello, se puede decir que todo depende del escritor y de lo que él quiera expresar en sus textos, tal es el caso de Ricardo Díaz Borregales que en su novela “La casa” presenta una serie de tramas que van de la mano con vivencias negativas y positivas a las que se nombran como; perspectivas existenciales, las cuales sirven para configurar de manera crítica el eje temático de este análisis. En este sentido, el análisis literario, según Fernández (2007) expresa que el texto, en virtud de sus múltiples contradicciones e imposibilidades de compararlo con el mundo real, se establece como competencia con el mundo conocido, volviéndose así el mundo real como una posibilidad comprensible en sus presuposiciones.

Con base a los argumentos anteriores, se presenta ante la narrativa existencial la teoría del análisis literario, la cual encuentra un ejemplo de actualización que debe ser explicado tanto en su vertiente descriptiva y explicativa, como en su aspecto más pragmático, esto es, como hecho literario o fenómeno literario. Ambos polos constituirían en el caso de la novelística existencial el ámbito comunicativo general literario.

En otras palabras, amparados en la bibliografía consultada se puede decir que la filosofía y la creación literaria mantienen una estrecha relación desde sus orígenes. De hecho, Santamaria (2007) refiere que el mito puede ser contemplado como una filosofía no exenta de las subjetividades propias de lo artístico y de lo literario. Por otra parte, la filosofía, por su naturaleza teórica, siempre ha mantenido un importante vínculo con las ciencias que se ocupan de la literatura, como la retórica, la poética o la estética literaria.

En este sentido, se analizaron las teorías existencialistas y se ubicaron en ellas elementos que el autor de “La casa” plasmó en ella, a fin de demostrar los lazos entre creación literaria y filosofía. En efecto, señala Martín (2009) que la filosofía del arte de firmeza idealista defiende la unión del objeto artístico con el ser, de modo que aquél sea una objetivación del espíritu. En este sentido, la filosofía encuentra en el campo estético las respuestas a muchas de sus preguntas especulativas, y sobre todo a aquellas concernientes al ámbito metafísico, tal como puede reflejarse en el personaje central de la novela estudiada.

En concordancia, el análisis de “La Casa” de Ricardo Díaz Borregales centra su interés en el análisis de las perspectivas existencialistas que aparecen en la obra mezcladas en las historias narradas con los diferentes elementos tanto de la literatura como de la filosofía existencial.

 

Perspectivas existencialistas en “La Casa” de Ricardo Díaz Borregales.

 

Hablar del hombre representa poner la mirada en una diversidad. De horizonte y de dimensiones, debido a que el hombre es un ser que habita en la complejidad, del mundo y del universo, entiéndase por mundo tanto lo material o físico como lo intangible, dimensiones paralelas en las que el ser humano a coexistido en el tiempo y en el espacio; por ser un sujeto tan pluridimensional ha sido visto por sí mismo en las diferentes perspectivas del conocimiento, desde el punto de vista filosófico expresa Martín (2009) que:

El hombre no es pura conciencia, no es un cogito absoluto y desencarnado como lo presentó Descartes, sino un sum cogitans, es decir, que uno como tal no es el pensar, porque el pensar es trascendencia de sí mismo, sino que, frente a Descartes, hay que afirmar que me pienso. El “yo pienso” cartesiano no es apertura de origen, sino obturador de cierre, el “me pienso” exige una confirmación de existencia y no un bautismo de la misma (p.69).

Partiendo de esta concepción filosófica el hombre posee un carácter dual, el cual radica entre lo que es el ser biológico (cuerpo) y el ser espiritual (alma), ambas partes totalmente diferentes pero cabe destacar que las mismas deben estar íntimamente liadas  para dar vida al hombre, una es tangible  de materia palpable,  por su parte la otra es netamente inmaterial y  la suma de estas dos partes constituyen la totalidad del individuo, y  habita en él una complejidad extrema digna de estudiar de manera cercana,   el todo lo que le da el valor al ser humano dentro de sus contextos sociales, culturales, históricos, psicológicos entre otros. En este sentido Herskovits (1952) plantea que:

 

La comprensiva definición de la antropología como “el estudio del hombre y de sus obras” se justifica, por tanto, porque la antropología centra su atención en el hombre tanto si el foco de su interés es amplio como si es estrecho. La gran amplitud del tema impone a la antropología el desarrollo de técnicas y objetivos especiales para dar unidad a sus propósitos y métodos. Esa misma amplitud le coloca en una relación casi “orgánica” con diversas disciplinas; pero es una relación que digiere por el grado de intimidad y por el género de la que existe entre esas disciplinas mucho más ayudara a comprender la naturaleza de las ciencias antropológicas exploran algo más su relación con otras ramas del saber. (p.17)

       El postulado antropológico anterior, coloca al hombre en diferentes variantes del conocimiento en el que este ha sido estudiado o puede estudiarse no solo como individuo por separado sino también en el contexto en el que se desenvuelve, estableciendo además que la persona también puede analizarse a través de las obras que crean, las cuales van desde las manifestaciones artísticas y culturales hasta los elementos arquitectónicos debido a que todas son expresiones que vienen íntimamente de aquello que está dentro del ser y como ente que hace parte la sociedad, siente el deseo de expresarlo desde diferentes planos artísticos que lo individualizan dentro de toda una colectividad ya que es esa parte espiritual que lo define y caracteriza como único aunque tenga el mismo modelo bilógico.

Es de hacerse notar que las ideas de Herskovits (1952) sirven para reflexionar en torno al ser humano desde las contradicciones propias de la esencia del hombre, lo cual van desde apoyarse en teorías existenciales para abordar una manifestación creativa como lo es la literatura de acuerdo a lo dicho. De acuerdo con ello se tiene:

 

La ciencia de la antropología se divide en dos anchos cambios uno se refiere a la forma física del hombre, el otro a su comportamiento aprendido llámense respectivamente antropología física y cultural. La antropología física es en esencia biología humana. Los antropolofisicos estudian problemas tales como la naturaleza de las diferencias raciales con transmisión de rasgos somáticos de una generación a la siguiente; los antropólogos culturales, por otra parte, estudian los procedimientos ideales por el hombre para enfrentarse a su medio natural y su ambiente social; y como se aprende, conserva y transmite un cuerpo de costumbres. (p.15)

La cita anterior confirma lo dicho respecto a la humanidad en cuanto a sus componentes bilógicos y culturales, donde esto ha permanecido durante milenios viviendo y creando innumerables cosas para hacer de su existencia más llevadera y significativa, tomando en cuenta sus desarrollos internos y su interacción con el ambiente natural y socio cultural que ha ido a moldeando a su voluntad a medida q ha aprendido, creado, transformado y transmitido de una generación a otra, se ha valido de sus habilidades física para tomar cada elemento natural a su alrededor como herramienta de utilidad según sea la necesidad que para el momento se le presente.

La sociedad y la cultura van de la mano y las mismas fueron creadas por el hombre mediante las carencias de supervivencia, y es de resaltar que tras haberlas creados también las ha transformado de manera que él impera en ellas pero con la conciencia  de que sin estas es un tanto imposible el desenvolvimiento   En síntesis, se puede decir que ha sido la vida en sociedad y la participación activa que ha tenido el ser humano con la naturaleza, lo que ha permitido la preservación de la especie y el crecimiento cultural y productivo del hombre entre lo material y lo espiritual formando así lo que hoy se conoce como persona diferenciada de los demás organismos vivos que habitan el planeta tierra.

El hecho de tomar como base epistemológica a la antropología para elaborar este trabajo de investigación radica en que esta ciencia mescla en una sola disciplina los paradigmas de las ciencias biológicas, sociales y humanísticas con la finalidad de estudiar al hombre en sus variados y complejas actividades que conforman su espécimen tangible e intangible a lo largo de sus civilizaciones en las que él ha dejado huellas o testimonios gracias a las diferentes formas comunicativas (verbales, no verbales e ideográficas) de las que se ha valido para expresarse y darse a conocer con sus semejantes.

Estos elementos mueven al individuo. La antropología viene del centro mismo del individuo que durante el pasar del tiempo lo han definido como la parte espiritual que habita en él y que por tanto lo define puesto que es lo que lo incentiva a hacer lo que hace, y debido a ese proceso existen diferentes y muchas culturas ya que se ha encargado de hacerla presente en cada lugar donde se encuentre y debido a ello la definición de alma o espíritu depende de la creencia o perspectiva filosófica que se tenga. 

En el caso particular de la novela “La casa” del escritor Ricardo Díaz Borregales, mediante la subjetividad literaria se entre mezcla lo real con lo imaginario, donde sobresalen temas existenciales como: el amor, la locura, la muerte y las tres etapas de la existencia humana: niñez, adolescencia y la adultez. Es esta subjetividad humana la que mantiene estrecha relación con el principio fundamental de que la existencia precede a la esencia, no adquiriendo una esencia que caracterice a todos los seres por solamente el hecho de existir.  De esta manera, la experiencia concreta, la que determine cada existencia, concibe un carácter indefinible del ser, que como se muestra en la obra abordada, enfrenta sus temores, angustias y un pasado que lo acorrala en el presente sino desata las cadenas que lo atan a él, dejándolo ser libre como diría Sartre (1993):

El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace.  Éste es el primer principio del existencialismo. (p. 20-21).

Es oportuno destacar que el existencialismo brinda los aportes necesarios para poder pensarnos como sujetos, tanto productos como productores de la realidad; y, a su vez, siendo determinados y determinantes de ésta.  El método progresivo-regresivo se nutre del existencialismo ya que considera al ser singular en un mundo universal, donde con cada acción se estructura y reconstruye en relación a los demás en un constante porvenir.

Es pues, esa puerta abierta que invita al hombre a expresarse ya que le corrobora que no existe limitación alguna, ya que es él mismo quien se la puede colocar debido a que posee la capacidad pensante de decidir lo que quiere hacer y mejor aún todo lo que haga sea de total beneficio propio por la libertad plena que lo mueve. Si acariciamos con la mirada e internalizamos la narrativa de “La casa” se puede las realidades existenciales que, como la libertad, la contingencia, la esperanza, el amor o la muerte determinan las historias de vida de cada personaje.

Sin duda alguna, no se trata de indicar que esto suceda pacíficamente, como una continuidad armoniosa y predestinada; por el contrario, se manifiesta de diversas maneras y dimensiones.  Resulta entonces que el sujeto en su porvenir constante; en la interrelación conflictiva entre el ser particular y ser genérico, configura lo que se considera como cuestión social.  Considerando los aportes de Castell (1997) acerca de sociedad, este señala que “la cuestión social es una aporía fundamental en la cual la sociedad experimenta el enigma de su cohesión y trata de conjurar el riesgo de su fractura. Es un desafío que interroga, pone de nuevo en cuestión la capacidad de una sociedad.” (p.20).

La sociedad que se describe en “La casa”, la cual atraviesa una fuerte crisis humanitaria por la terrible enfermedad, coloca al sujeto actuante en medio de un conflicto existencial, razón por la que hay que abordarlo desde el subjetivismo existencialista, desde el ser, de la nada, de los miedos y de las angustias; desde el conglomerado de ideas, de las creencias y del espíritu. Elementos que definen al hombre como se ha venido diciendo, desde el sentir propio, desde lo que se ve, y lo que se vive desde una perspectiva propia. El entorno donde se desarrolla el hombre influye de tal manera que más adelante tomará parte del protagonismo en las actuaciones del sujeto ya que a los eventos presenciados y vividos en el interviene en su accionar.

Pero a su suerte y con el optimismo de que se logre una mutación, en vías de dar respuesta a las problemáticas reales de los sujetos, en el existencialismo aún todo está por hacerse.  Se destaca que el existencialismo, de cierto modo, considera el materialismo que resulta de la ideología Marxista, donde las estructuras materiales crean los modos de ser y estar en el mundo. Pero no se reduce a dicha linealidad, también considera fundamental otros aspectos, donde a quien, Sartre (1993) pone en el centro de su investigación es el hombre concreto, es hombre que se define a la vez por sus necesidades, por las condiciones materiales de su existencia y por la naturaleza de su trabajo, es decir, por su lucha contra las cosas y los hombres. A modo de resumen, primeramente, se procuró explicitar las vías en las que el existencialismo considera a la realidad, al sujeto en constante interrelación con su entorno; por tal motivo, es que para adentrarse en el mundo descrito en la novela objeto de estudio, es necesario hacer un recorrido contextual por la vida y obra del autor.

Por otro lado, el existencialismo filosófico sartreano parte de la noción de que la vida es absurda y carece de significado.  Además, para Sartre el ser humano es un ser libre por naturaleza, la existencia de este está arrojada a la contingencia y es en la esencia de esa existencia en la que se encuentra la libertad. En la base del pensamiento sartreano se halla la libertad radical; el ser es para bien o para mal libre. Así lo comenta Sartre (1993) manifiesta que el existencialismo es un humanismo:

 

Si en efecto la existencia precede a la esencia, no se podrá jamás explicar por referencia a una naturaleza humana dada y fija; dicho de otro modo, no hay determinismo, el hombre es libre, el hombre es libertad. Si, por otra parte, Dios no existe, no encontramos frente a nosotros valores u órdenes que legitimen nuestra conducta. Así, no tenemos ni detrás ni delante de nosotros, en el dominio luminoso de los valores, ni justificaciones ni excusas. Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré al decir que el hombre está condenado a ser libre. (p. 42-3).

 

De acuerdo con lo citado, los autores existencialistas cuestionan la realidad y nos hacen pensar sobre el significado de la existencia humana. Ponen en duda las normas y las leyes sociales, pero también sus valores, es decir, la moralidad de la sociedad. Sin embargo, los autores no siempre nos dan respuestas a todas estas preguntas, sino que nos dejan reflexionar sobre ellas. Creen que el significado de la vida no existe, sino que cada individuo debe darle sentido a su propia vida. Bajo estos parámetros, encontrarse con la prosa expuesta por Díaz Borregales es realizar un acercamiento con el sentir de lo humano expresado en las líneas de “La casa”, es un acto de reflexión crítica de los significados que el escritor allí coloca a la mirada del lector.

En consecuencia, los autores existencialistas penetran profundamente en la psique de los personajes y revelan sus pensamientos, miedos e inseguridades. Los personajes de las obras existencialistas, al igual que sus autores, a menudo buscan esta trascendencia, como ya se mencionó, a través del arte. En “La casa” de Ricardo Díaz Borregales los personajes son contradictorios, a veces actúan abruptamente y sin pensar, mientras que, a veces, pasan mucho tiempo reflexionando sobre algo que no terminan haciendo en absoluto. Igualmente, suelen ser apáticos y se sienten perdidos por lo que cuestionan sus propias acciones y tratan de justificarlas. Señala Sartre (1994) que esta es precisamente una de las características de este tipo de literatura y existencialismo como corriente filosófica.

Llegado a este punto, resulta oportuno dejar claro que la cuestión de la interpretación de la novela existencialista en el interior de la conocida novela filosófica puede proporcionar una mayor seguridad debido a su vinculación directa con una corriente de pensamiento. Es evidente, como se tratará de analizar más adelante, que los novelistas existenciales no ofrecen un calco en sus obras, sino que cada uno de ellos modula con su propia voz y con su propia perspectiva un núcleo filosófico que se conoce filosofía de la existencia o existencialismo y que, sin embargo, carece de una doctrina unitaria: de ahí la riqueza de esta literatura y de su filosofía.

 

Reflexiones finales.

 

En la obra “La casa” del escritor Ricardo Díaz Borregales se logra evidenciar muchas similitudes que desde el punto de vista antropológico con los problemas que en los diferentes ámbitos enfrenta el ser humano, incluso los conflictos que se originan en la interacción consigo mismo y con los otros. Desde el inicio del tiempo, el hombre se ha visto en un contante cambio físico y mental ya que el medio donde se desenvuelve se lo ha exigido a manera de supervivencia, esos cambios son productos de su propia necesidad `por existir logrando con ellos que tanto el hombre del pasado y el hombre del presente impere en la sociedad como se muestra en la novela.

 

Referencias.

Castells, M. (1993) La era de la información: economía, sociedad y cultura. Madrid: Alianza

Díaz, R. (2010) La Casa. Ediciones Madriguera.

Herskovits, M. (1952) El hombre y sus obras. México: Fondo de Cultura Económica.

Martín, A. (2009) El existencialismo filosófico como praxis literaria en la obra de Renato Rodríguez. ALPHA. 28: 65-86. https://www.scielo.cl/pdf/alpha/n28/art05.pdf

Santamaría Pargada, A. (2006). Literatura y filosofía: Sartre, Martín-Santos y Bartleby. Arbor, 182(718), 257–263. https://doi.org/10.3989/arbor.2006.i718.27

Sartre, J (1993). El existencialismo es un humanismo. 2da edición. México: Grupo Editorial.

 


Publicado el 24/01/2024
Etiquetas: análisis literario, existencialismo, filosofía, novela, perspectivas

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