LYDDA FRANCO FARIAS: UNA VOZ QUE NO CALLA
Resumen
El presente ensayo tiene como objetivo investigar las fuentes que alimentan el imaginario de la poeta falconiana Lydda Franco Farías, considerada como una de las voces femeninas más destacadas de la poesía venezolana, a través de las opiniones vertidas por estudiosos de su ARS-poético. Igualmente se hace un abordaje de la temática que maneja la autora en los poemarios publicados en busca de señales literarias que conduzcan a los puntos de origen en su extensa obra poética.
Abstract
The present essay has as purpose investigate the sources that feed the imaginary of the falconian poet Lydda Franco Farías, considered one of the female voices most outstanding of Venezuelan poetry, through the opinions expressed by scholars of his poetic ars. An approach is al so made of the theme that the autor handles in published poems, in search of literary signs that lead to the points of origin in his extensive´poetry.
Extenso
Esta poeta nace en la Sierra de San Luis el 3 de enero de 1943, la primogénita del matrimonio conformado por Feresides Franco y Luisa Farías, creció en el valle de San Luis junto a sus catorce hermanos. Fue su madre quien cultivó en ella el amor por la literatura, la poesía, la justicia y la libertad revolucionaria.
En su quehacer literario esta aguerrida mujer publicó una densa obra poética entre los títulos suyos se puede mencionar: Poemas circunstanciales (1965), Las armas blancas (1969), Edad de los grandes ataúdes (1977) Summarius (1985), Una (1998), A/Leve (1991), Recordar a los dormidos (1994), Descalabros en obertura mientras ejercito mi coartada (1994), Bolero a media luz (1994), Estantes (1994), Aracné (2000), Antología poética (2002 y 2004).
Franco Farías participó junto a otros amantes del verso en el grupo zuliano “Cal y Agua” en el cual existía un diálogo sobre el acontecer político del país, de las voces de la literatura y de las diferentes manifestaciones del arte. Las tertulias se realizaban en el bar “La Milonga” y asistían artistas y escritores afiliados a otros grupos como “Vertical 9” y “40 grados bajo la sombra” entre otros. Los miembros de este grupo publicaban sus trabajos en el diario “Panorama” y en revistas como “Comarca del Búho” y “Cal y Agua”, ya para 1979 crean su revista la cual titularon “Etral”, que circuló por cinco años consecutivos y que fue válvula de escape para sus miembros, donde presentaban sus creaciones literarias. .
Para esta poeta falconiana. la poesía es un oficio, un trabajo de lenguaje, que para decir de manera auténtica, consciente, emocionada y eficaz lo que se siente, lo que se vive, lo que se experimenta, hace falta una lucha desaforada con el ángel del lenguaje. Ella impregna, contamina todos los géneros y formas expresivas, desde el ensayo, el teatro de texto, pasando por el cuento, la novela, la crónica, y, hasta la más presumiblemente cercana a la ciencia: la crítica.
La poesía de Lydda Franco Farías, está signada por la rebeldía y el coraje, su intimidad sale a flote para dejarnos ver a una mujer preocupada por las desigualdades sociales. La voz de esta poeta se eleva para hacer un llamado de conciencia, escribe para ser comprendida por todo el que se acerque a su poesía, inflada de humor sarcástico que va revestido de un férreo apego a sus ideales, los cuales mantuvo siempre. Lo que concuerda con el criterio de (Romero, citada por Rendón 2018) quien señala: “la poesía de esta poeta falconiana puso de relieve una voz femenina cuyo ejercicio poético, se caracterizó por la ruptura con ese modelo intimista, de sensibilidad sutil y la introspección, para destacar la ironía y la oralidad. En su obra podemos encontrar un diálogo áspero, lleno de reproches, deseos insatisfechos, anhelos y esperanzas. De igual modo, en su escritura está la ausencia de signos de puntuación con el fin de dar un ritmo rápido y hacer declarativo el discurso, y así, reafirmar su posición en el mundo”.
La investigadora (Rendón, 2018) opina: “no desde el discurso directo, sino desde un lenguaje engendrado desde las maquinaciones, elaboró desde el inicio de su escritura una transgresión que será permeada por los avatares de la experiencia cotidiana. El carácter de la poesía de Lydda, se apropia de su temperamento personal y de su cotidianidad; así lo expresa su lenguaje mordaz y rebelde que se vale de la ironía, el humor, la descripción, los juegos de palabras para la recreación de una escena que no admite interludios y en las que convergen diversas tramas desde un yo de mujer que adquiere distintos rostros y actitudes frente a la realidad”.
También acota esta autora: “desde la poesía, la escritora evoca los pasajes de su tránsito vital, sus entropías, su enfado, sus incomprensiones, los intríngulis de una querella existencial contra las rancias miserias que se mimetizan en el paisaje cotidiano, la desazón de los convencionalismos y la inanidad de las ortodoxias. Todo ello hace que el lector encuentre relaciones oximonóricas en su poesía: una voz pendulante muchas veces entre la levedad y el desplome, la risa y el tono elegíaco, la humedad y la aridez del cuerpo, el amor y la renuncia, por lo que la lectura produce una conexión extraña o, cuando menos, cargada de desconcierto”. -Asevera esta autora-, que “Lydda Franco Farías puede considerarse, no sólo como una de las poetas más importantes del siglo XX, sino como un símbolo del feminismo dentro de la poesía, destacando que su obra es, no sólo sui generis, sino heterogénea en su forma y contenido”.
Por otra parte, el poeta y crítico (Arenas, 2007) argumenta: “se ha tratado de encasillar a Lydda Franco sólo como la poeta social y política entendiendo estos términos en el mal y más pobre sentido de la palabra”. Al respecto (Mandrillo, 2004) señala en desacuerdo con Arenas: “dudo que exista una poesía tan aguerrida, tan peleona como la suya. Su obra fue política hasta el último verso, escrito, seguramente horas o minutos antes de su muerte… -pero también -agrega -su poesía navega con libertad de un tema a otro y con frecuencia parece acercarse más a lo intimista y a lo amatorio que a la exterior contemporaneidad histórica de quien escribe”. Señala este autor que:” recursos como la ironía, la burla y la subversión proveen a la obra de Lydda Franco de una comunicación directa con sus lectores. Es una poesía incisiva y abierta, densa y comprensible…poesía como una fiesta para ser disfrutada por muchos”.
Lydda Franco Farías, voz femenina que desde sus inicios en el trajinar por los predios de la poesía nos ofreció versos encaminados hacia la ruptura con esa poesía que hurga en lo interior, para adentrarse en la ironía y la oralidad cultivando una poesía existencial con honda preocupación social y rebelándose contra toda sumisión impuesta desde el centralismo.
A juicio de la escritora (Solaeche, 2010): “esta poetisa guarda en su obra inflexiones poéticas de las lecturas de los venezolanos, el mirandino Caupolicán Ovalles, iniciador en el país de la antipoesía y perteneciente al grupo El Techo de la Ballena; la alquimia de la palabra poética por su fuerza y honestidad del trujillano Víctor Valera Mora; de Miyó Vestrini, el tránsito del dolor de su cuerpo como creación; el desenfado en la antipoesía y el uso de modismos de su región del zuliano Blas Perozo Naveda; y las lecturas de extranjeros: los barrocos y simbólicos, el cubano José Lezama Lima y el peruano César Vallejo y, el existencialista checo Frank Kafka, para citar a tres clásicos contemporáneos ”.
Continúa Solaeche para afirmar que: ”en una cultura machista desde sus cimientos, la poetisa desenfada, con una conmoción de la conciencia y los sentidos, cantando en cada verso, para poder respirar a pulmón pleno cada palabra e intentar enmendarlas con su propio ser, crear hendiduras para quebrantar y escapar de ese enrarecido mundo que la asfixia, y evadirse a través de las grietas como la hembra que seduce con lo femenino, sus lecturas, su mirada y su poesía… ella es poesía, su poesía es briosa, sensible, mordaz y laudante, que se empeña en perseguir mundos mejores en sus temibles alocuciones poéticas”. Sus versos confirman lo anterior expresado: adentro hay una mujer que monta guardia/a fuerza de balancear las caderas/se ha convertido en péndulo y gravita/ sobre las cabezas de los que todavía no comprenden/la magnitud del encantamiento/no vas al aquelarre/no te dejes seducir por su canto/ponete cera en los oídos//te calentará las orejas con historias de desfloraciones/te hará tragar pócimas y gestos/te limará el cuerpo con sus uñas…/. (Franco, 1998).
Asevera (Hernández, s/f) al igual que Solaeche, que los versos de Franco Farías son:” un mundo hecho de voces que se tejen y destejen entre variados tonos genéricos, juega para crear o crea para jugar conservando el espíritu crítico que siempre la ha catapultado a un país donde las mujeres eran solo un murmullo”. Pero que en la poesía de esta mujer serrana, se convierte en grito cuando nos dice en “Poemas circunstanciales, 1965” : no nací para ocupar un espacio y nada más./Ignoro cuál será mi participación/ me tocó ser mujer y no me quejo,/ me tocó caer en la humedad del tiempo,/ en la inhóspita sequedad de los caminos/ pero aquí me quedo/ entre escombros y desperdicios./Destruyan mi epidermis resentida,/despedacen mis sueños, mi alegría,/aniquílenme/porque un día aparecí sobre la tierra/ y tuve voz y grité/ y tuve fronteras y no quise despertar sin ellas/y tuve armas y allí están/perfiladas, inmóviles, ariscas/”. (Franco, 1965)
Por otra parte el poeta y editor zuliano (Perozo, 2020 ) argumenta : Lydda Franco Farías es una maestra del género cuyas fallidas escuelas la convierten en el referente más vivo de la poesía en femenino de nuestra poesía contemporánea. Su voz desinhibida, desde el poema se muestra desnuda o vestida de pétalos mentales. Su presencia en la poesía rompe con los tabúes de la participación política y se suscribe a la poesía conversada donde el lenguaje pesa y se hace forma de mundo”.
Igualmente presenta su parecer (Delgado, citada por Rendón 2018) sobre la poesía de Lydda Franco Farías al expresar:” considero que era dionisíaca y libre, más allá del bien y el mal… con la poesía logra entrar en los códigos que trastocan la lógica perversa de la estética formal… y lega, más que su palabra, su estética de alma y de conciencia, para con ella hacer de su arte un espejo que revele lo que hay que revolucionar verdaderamente: la falsa cultura que pesa como plomo en las alas. Junto a Víctor Valera Mora, Caupolicán Ovalles y Blas Perozo Naveda, escribe la mejor poesía política, pero también la mejor poesía amorosa de su generación: Su poesía es de vanguardia, tremendista y emancipadora”.
Otro poeta (Cuartín, 1992) manifiesta su opinión para decir: “una mujer inmensa, instalada en la escoria fosforescente, vulnerable con hálito cósmico y un margen de zapatos rotos, una mujer envuelta en los escombros luminosos del amanecer, adormecida en su propia superficie de cemento, compacta, aligerada por una huelga de risas y de llantos, sometida a la ingravidez de sus ojos, decidida a revivir en el tallo de las palabras”.
La poeta falconiana (Acosta, 2009) también presenta su criterio sobre la poesía de Lydda al afirmar:” si bien es cierto que el libro “poemas circunstanciales” (1965) con el que esta poeta, irrumpe en el campo de la literatura, es claramente político; por las circunstancias y la época de su aparición propiciamos una lectura apoyados en el tema político sin ver lo que estaba y está más allá de su grito irreverente: nombrarse desde lo íntimo y amatorio, con una conciencia del proceso de su escritura, de la maduración de su verbo que desde ya se presenta sin dispersiones, ni hedonismo lírico. Así pues interrogar su poesía desde lo meramente combativo es limitar una poesía que esculca y transita con libertad, lo temático desde lo esencialmente humano. Poesía en constante transformación, abordando los temas con conocimiento y rigor de la lengua, con un verbo que resiste y se aleja de la retórica establecida”.
Luego de presentar las opiniones de los más diversos autores que han estudiado y analizado la poesía de Lydda Franco Farías y de conocer la opinión de la autora sobre la poesía que ha desarrollado a lo largo de su ejercicio poético, por la cual en 2005 la Universidad del Zulia le otorgó el Doctorado Honoris Causa, nos proponemos presentar opinión sobre los temas que aborda en los poemarios publicados esta autora, iniciando con (Poemas circunstanciales, 1965), su primer poemario y con el cual obtiene el Primer Premio del Concurso Literario del Ateneo de Coro, otorgado por un jurado conformado por Antero Dupuy, Virgilio Medina y Maximiliano Guevara, suscitándose diversos hechos en contra de la autora, como la incautación del libro y la apertura de un procedimiento legal, lo que llevó a decir al también poeta serrano (Medina, citado por López 2023): “supongo que para algunos lectores…tenía que ser una nueva versión de los zapaticos me aprietan y no ese cúmulo de vulgaridades y blasfemias, que según ellos viene a resultar poemas circunstanciales de Lydda Franco Farías. Y claro cómo era posible que se insultara de esa manera a las buenas consciencias, cómo era posible que una muchacha que hace nomás en estos días había bajado de la Sierra, viniera y preguntara qué hacer con esta ciudad chorreando orines milenarios. Había entonces que responder a tanto atrevimiento, había que reunirse en familia y castigar”.
Asimismo (Silva, 2023) sobre ese primer poemario de nuestra poeta señala: “ mi observación es estrictamente literaria, y solo desde el punto de vista de la literatura, puede afirmarse que hay en bastantes versos de este libro motivaciones políticas. Pero igual las hay filosóficas, o simplemente humanas. Lydda Franco se enfrenta a la vida como una poeta, en lo cual procede al revés que sus críticos, quienes se enfrentan a su poesía como políticos. ¿Resultado? una crítica desnaturalizada por no decir malintencionada. Y, por supuesto, confusión en el público. Porque es lógico que todos aquellos que rechacen determinada tendencia ideológica, se dejen cebar por los críticos que también la rechazan y que se valen de un atroz ventajismo político para destrozar los libros de los poetas, cuyas ideas sean otras. Desgraciadamente para esos críticos, más del 90% de nuestros poetas tienen otras ideas”.
De este polémico libro diremos lo siguiente: es básicamente alusivo al conflicto armado de los años sesenta, donde nuestra poeta tuvo una activa participación, lo que se puede constatar en los versos siguientes: Qué hacer/ sino hay espacio para el grito postergado/si la violencia está incubada en las axilas./Si el amor se está licuando de la saliva…/Qué hacer/ para reconciliar el llanto y la sonrisa./ Qué hacer para no despertar los vientos jubilosos/para que el hijo no nazca desvelado,/para sofocar el ronquido persistente de fusiles/Qué hacer/y las voces que nos vienen de la sangre./ (Franco, 1965). Aunque buena parte de los versos que contiene, se inclinan hacia la preocupación social y el carácter amatorio lo cual desde siempre estuvo en el ars poético de Lydda, lo que se puede confirmar en los siguientes versos: así te sueño amor: /las manos crispadas,/sonriendo como un niño inverosímil,/a un lado tu fusil y tu cisterna/y yo que te estaré besando/en la fuga precipitada,/en tu cuerpo/refugio,/en tus huesos/bloqueados./Así te sueño amor:/ boina roja,/corazón alerta/. (Franco, 1965).
Ahora bien con relación a su poemario “Las armas blancas, 1969”, aquí la autora aborda diferentes visiones temáticas, mezclando asertivamente ficción y realidad, resultando a mi parecer un poemario de carácter ecléctico. Allí nos dice: quedé para ser la última invitada/estoy alegre de las botellas sordas/puedes beberme soy todos los licores/no distingo/y si respondo es/para ligar placeres inimaginables contra el tiempo/a una temperatura en que tampoco sabes/lo que haces/. (Franco, 1969).
Luego publica transcurridos dieciséis años de silencio literario “Summarius, 1985”, editado por la Asamblea Legislativa del estado Falcón. En esta obra poética, la autora se nos presenta en franca armonía con la sátira, la ironía y la burla, y que según la poeta Acosta: “afila y perfila el humor y la ironía como armas perfectas para cuestionar las imposiciones sociales, para decir al mundo que estamos atragantados de prejuicios…”. En este libro Franco Farías afirma: “sino llego merezco la peor de las muertes la peor es ésta compartir con ellos las mismas ganas de permanecer en el mismo rincón de no cambiar de sitio de postura de tener el mismo gusto amargo por la vida que no se vive debo encontrarme al final de esta página con mi otra o desfallecer no habrá testamento no prometo dejarles mi cadáver es lo único que tengo no asistiré al entierro porque no tendré el valor de llorar no sentiré pena enviaré una nota de condolencia”.
También publica “Una, 1998” editado por la Secretaría de Cultura del estado Zulia y la Asociación Cultural del Caribe. En esta obra, muy leída y celebrada por la crítica la poeta, se nos muestra en otra de las aristas de su personalidad como defensora de la mujer en el contexto social, donde considera que siempre ha estado subestimada y alza su voz para trastocar con su vibrante numen poético el orden imperante. En uno de los poemas de este libro señala: Ten en cuenta muchacho de las cavernas/que he ido ganando el derecho/a perder de igual a igual el paraíso/la paciencia/a compartir la cama/el santo y seña/el mundo/fifty fifty/o no hay trato/vete acostumbrando hombre voraz/mujer no es sólo receptáculo/flor que se arranca/ y herida va a doblarse en el florero/al fondo de la repisa/entre santos y candelabros y trastos de cocina/una mujer es una mujer más sus uñas y sus dientes/lo siento caballero de la brillante armadura/aquella doncella rompió el molde/creció/. (Franco, 1985). Esta es la voz femenina en la poesía de Lydda Franco Farías, a la que hacían antes alusión Romero y Rendón.
En su análisis de esta producción poética de Lydda Franco Farías la también poeta (Sosa, 2006) señala: “del conjunto poético de Lydda, donde destaca el predominio de lo femenino una, es un desconcierto de voces de mujeres, el énfasis en el desorden no es casual, pues hay sinfonías en distintos tonos… una, a pesar de ser un conjunto de poemas elaborados en épocas diferentes muestra una continuidad en la forma narrativa”.
Precisamente Lydda, es voz femenina –continúa Sosa- “ que desde sus inicios en el trajinar por los predios de la poesía nos ofreció versos encaminados hacia la ruptura con esa poesía que hurga en lo interior, para adentrarse en la ironía y la oralidad. En este poemario nos ofrece estos versos: voy a desayunarme la claraboya de la mañana/ voy a atragantarme periódico con tus crónicas violentas/ voy a tener noticias del mundo hasta la ingesta/ de par en par ventanas/ muéstrenme lo que sin mí despierta…/” (Franco, 1985).
Según esta autora: “en la poesía de Lydda Franco Farías se expresa a la mujer como un sujeto de gran complejidad, que a través de la historia se ha visto dominado y cuyo cuerpo se ha llenado de sentidos de la más diversa naturaleza, pero en esta obra se alcanza a recobrar un grito de queja, de vida, de inteligencia, ya que se construye, a partir de hechos, situaciones y elementos diversos, un artilugio verbal que lejos de posibilitar una visión compacta y cerrada de lo femenino, muestra una serie de imágenes discordantes, discontinuas, fragmentarias, necesariamente incompletas, junto a la crítica corrosiva a una sociedad que impone funciones y coacciona a las mujeres” (Sosa, 2022).
Luego aparece ante el escrutinio público el poemario “A/Leve, 1991”, libro caracterizado por la brevedad y una mezcolanza de voces que enuncia lo que siempre ha permanecido indeleble en el ars poético de la autora referido a la permanencia del amor, incluso hasta después del fallecimiento del ser amado. También se observan reminiscencias de la casa, el silencio, las visiones del pasado De esta obra mostramos los versos siguientes: en mi oficio no cuenta/el desafinado silogismo/ni el maullido de los juramentos/cuenta la proporción del goce o de desprecio/el instante de sometimiento a juicio. (Franco, 1991).
“Recordar a los dormidos, 1994”, poemario publicado por ediciones de la Universidad del Zulia y que según el poeta trujillano (Cuartín, 1992) ”En él, encontramos a una poeta que enfatiza en el acto de la muerte, el pasado, el silencio, el fin de la existencia”. De este libro recogemos estos versos: en la casa pernoctaban/difuntos en mangas de camisa/venían a recordar a los dormidos/a zurcir airadas reminiscencias/a tender puentes infranqueables venían/carcajadas de difícil itinerario/se escuchaban/en la casa tuntuneos/ brusco malestar de puertas y ventanas/el techo resbalando/a golpe de medianoche/el escaparate con chirriar de maderas alacranadas/. (Franco, 1994).
Igualmente “Bolero a media luz, 1994”, publicado por ediciones Mucuglifo. Este poemario es un homenaje y reconocimiento al cuerpo y los placeres, palpita en él un tributo al amor en sus diferentes aristas, hay calor, deseo, pasión, olor del cuerpo amado, desnudez, en fin un clima de embriaguez, cuando escribe: una trepa la desnudez de otro cuerpo/una encuentra la rama dorada y la codicia/abre las puertas de otro reino/inaugura otra carencia/una se deja llevar por sacudimientos extremos/. (Franco, 1994).
En este año prolífico para la poesía de Lydda Franco Farías se publica “descalabros en obertura mientras ejercito mi coartada, 1994”, con el que obtiene el Premio Regional de Literatura Jesús Enrique Lossada mención poesía, allí encontramos como protagonista al sarcasmo y la sátira en una poeta que maneja de manera excelente esta temática y que la ha utilizado continuamente en algunos de sus poemarios y del cual ofrecemos estos versos: las abuelitas no son como los lobos/ellas usan prótesis dentales/son ventrudas y coléricas/dan grima sus orejas/sus aullidos abren surcos/regentan nuestra infancia/da miedo tener sueño/es un peligro dormirse/ellas las abuelas/avanzan en la noche/masticando un niño húmedo/una caperucita feroz/un tierno lobo rojo/. (Franco, 1994).
Asimismo publica “Estantes, 1994”, aquí la melancolía y la apatía se erigen como figuras principales, la poeta muestra el perjuicio que causa la soledad al vínculo matrimonial aunado a sus tormentos, el volver la mirada hacia las raíces, a la casa donde se urdieron los primeros sueños. De este libro el siguiente poema: en la curvatura de los despeñaderos/oblicuos vive y se desvive/plomada de rocío/ y luz solar/una mano que arranca/y deposita/en tiestos de fastidio/ornamento ya sin alma/desatenta/al banal palabrerío/al cumplimiento que la deshoja/ (Franco, 1994).
Luego presenta su último poemario el cual titula “Aracné, 2000”, donde hace ejercicio de la brevedad y el minimalismo poético, algo inusitado en su poesía, con una menor descripción en sus versos y trasladándose hasta el mundo de la imaginación y esquivando la realidad y que a decir de la poeta Solaeche: “ tiene como medula precisa la escritura mirándose a sí misma, la grafía, el vocablo, la letra, todo el entretejido escritural entrecruzándose con premeditación literaria, girando en la órbita del minimalismo, representado por el hilo que el arácnido teje deliberadamente para provocar la fatalidad y el desplome”. Como muestra estos versos: tejer en el vacío/es desprenderse de uno mismo/caer en el vacío/es recuperar el revés/lo que encandila/. (Franco, 2000).
El 2 de agosto de 2004 fallece en Maracaibo esta destacada poeta falconiana, ciudad en la que vivió desde muy joven y en su querencia y agradecimiento a la urbe que la cobijó dijo: para mí el Zulia es territorio sagrado. Aquí decidí vivir y aquí quiero morir. De su primer libro “Poemas circunstanciales, 1965” estos versos: “me encontrarán tendida a ras de luna/o flotando lluvia abajo/en la resaca del último cigarro/en el silencio que vibra emparamado/desde donde pronuncio mi postrer discurso (…)/ya voy tierra/ ya voy cenizas/ ya voy olvido/circulen buenas personas/aquí no ha pasado nada/regresen a sus oficios/a la sobrecogedora normalidad. /”. (Franco, 1965).
BIBLIOGRAFÍA
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Arenas, E. (2007) El disparate y el enigma (dislocación ritual, absurdo en la poesía de Lydda Franco Farías. Revista de Literatura Hispanoamericana. Instituto de Investigaciones Literarias y Lingüísticas. N° 54. Enero-Junio.38-47.
Cuartín, P. (1992) “Los muertos llevan máscaras doradas en la poesía de Lydda Franco”. Diario los Andes. Valera-Venezuela.
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Hernández, A. ( s/f ) “La mujer que soy canta”. Ciudad Letralia. Crónicas del olvido. Disponible en letralia.com/ciudad/hernandez/070830.htm
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Perozo, L. (2020) “Anotaciones de adelanto para una antología de la poesía venezolana” .Revista electrónica de literatura. Caracas-Venezuela.
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Silva, L (2022) “Lydda reverdece en el corazón de San Jacinto”. Últimas noticias. Caracas-Venezuela.
Solaeche, M. (2010) Lydda Franco Farías una poesía donde la razón esclarece la reverencia y la transparencia incita la valentía y la ironía. Poesía Venezolana Dispersa y Permanente. Ediciones Astro Data. Maracaibo Venezuela.
Sosa, M. (2006) “Exploración de líneas de significación en la poesía de Lydda Franco Farías: La enunciación de lo femenino”. Revista de Literatura Hispanoamericana. Instituto de Investigaciones Literarias y Lingüísticas. N°: 52. Enero-junio.2006:55-66.ISBN.LUZ-Vicerrectorado académico SERBILUZ.
Sosa, M. (2022) “La abundancia de los márgenes: Tres poetas falconianos de los años sesenta: Lydda Franco Farías, Rafael José Álvarez y Hugo Fernández Oviol”. 129 pp.https//www.eae-publishing.com/catalog/datails//store/es/book/978-3659-65533/la-abundancia-de-los-margenes.
Publicado el 08/08/2023
Etiquetas:
Mujer, Poeta, Poesía venezolana, Guerrera.
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